En mi comedor hay un equipo de música, grande, negro, con
dos altavoces. Está sobre un mueble del mismo color y se diría que no tiene
vida, si no fuera porque cuando aprietas un botón suena la radio, la música en
sus infinitas composiciones. Hoy, haciendo limpieza, le he quitado el polvo. Sigue
brillando, parece mas nuevo. Se diría que no tiene vida, pero ni me acuerdo
cuantos años tiene. Si pudiera ver, recordar y hablar, y, apretando un botón
especial te contara todo aquello que ha pasado en su presencia y que tal vez
yo, ya ni recuerdo. Pero está ahí, quieto, inamovible, viéndome pasar o estar
todos los días. Reconociendo la luz del nuevo día que entra cada mañana por la
ventana, dejándose acariciar por la tarde por el sol que va girando en busca de
su ocaso. Vivo la vida y el equipo de música me acompaña. No tiene vida. ¿Oh
si?
¡Qué bello, tierno y romántico! Dulce melancolía
ResponderEliminarAprender a sentirte bien estando solo es tan bonito como sentirte acompañado de un equipo de música acariciado por la luz de la tarde.
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