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jueves, 5 de diciembre de 2013

El sol de la tarde



En mi comedor hay un equipo de música, grande, negro, con dos altavoces. Está sobre un mueble del mismo color y se diría que no tiene vida, si no fuera porque cuando aprietas un botón suena la radio, la música en sus infinitas composiciones. Hoy, haciendo limpieza, le he quitado el polvo. Sigue brillando, parece mas nuevo. Se diría que no tiene vida, pero ni me acuerdo cuantos años tiene. Si pudiera ver, recordar y hablar, y, apretando un botón especial te contara todo aquello que ha pasado en su presencia y que tal vez yo, ya ni recuerdo. Pero está ahí, quieto, inamovible, viéndome pasar o estar todos los días. Reconociendo la luz del nuevo día que entra cada mañana por la ventana, dejándose acariciar por la tarde por el sol que va girando en busca de su ocaso. Vivo la vida y el equipo de música me acompaña. No tiene vida. ¿Oh si?


2 comentarios:

  1. ¡Qué bello, tierno y romántico! Dulce melancolía

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  2. Aprender a sentirte bien estando solo es tan bonito como sentirte acompañado de un equipo de música acariciado por la luz de la tarde.

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